Educación liberadora
Educación liberadora
Francisco Javier Chaín Revuelta
A pesar de ser asesinado por fanáticos religiosos e intolerantes políticos, el maestro Francisco Ferrer Guardia (1859-1909) alcanzó fundar la Escuela Moderna como desarrollo de una educación racionalista auténtica que motiva la iniciativa y sentido crítico del niño, establece relaciones igualitarias dentro de los recintos escolares, libertad de expresión, dinámica de apoyo mutuo y cooperación. Francisco Ferrer Guardia aportó a la humanidad la escuela moderna, la escuela emancipadora.
Dando cuenta esta nota de tan brillante educador debe destacarle que aplicado al estudio adquirió ese elemental saber que destierra sin problemas ideas religiosas y motiva transmitir conocimiento a quienes no gozan de oportunidades. Un día, tras fracaso del general Villacampa y encarcelamiento de republicanos, Ferrer se exilia en París donde interesado por las ideas anarquistas fue atraído por las experiencias de Paul Robin. No fue pionero de la educación popular laica en España. El republicano Ignacio Cervera instala en Madrid una escuela para obreros y sus hijos. En 1870 el profesor Trinidad Soriano presentó un plan integro para difundir la cultura como si fuese una luz que iluminase el camino hacia la revolución social. Fueron abriéndose escuelas libres, o mejor dicho laicas, donde se eliminaba la “enseñanza” de la religión. González Bravo, ministro de Isabel II, afirmaba cuando se le requirió la autorización para la escuela de Cervera: “¿Que autorice una escuela para que se instruyan obreros? Jamás en mi vida. Lo que necesitamos, no son obreros que piensen, sino bueyes que trabajen”. Catadura moral como la de este demente, es aún (en 2006) muy común entre patrones o “empresarios” quienes temerosos de ser muy fácilmente rebasados dificultan y se oponen a que estudien trabajadores, empleados o sirvientes.
Hace ciento cinco años, el 8 de Septiembre de 1901, Francisco Ferrer Guardia, convencido de que un pueblo ignorante no puede nunca conquistar su libertad, inaugura su escuela laica en la calle Bailen 59 de Barcelona. Idea de Ferrer fue establecer una federación de escuelas libres para unificar talentos, esfuerzos y dinero. En aquella época se necesitaba valor para montar una escuela de este tipo, tomando en cuenta que España contaba con gobiernos reaccionarios y maquiavélicos como los de Maura o La Cierva.
La escuela de Ferrer Guardia esta basada en la libertad y en una dinámica rigurosamente investigadora donde la fe religiosa es suplantada por la exploración científica. Fomenta, de la misma manera, la instrucción práctica sobre la teórica, ya que aquella es la tiene verdadero significado para el niño. La disciplina es remplazada por la participación activa de los alumnos, quienes por la práctica del apoyo mutuo en un ambiente de libertad responsable se sitúan en el camino de la fraternidad y el socialismo. Determina el valor de la educación en el respeto a la voluntad física, intelectual y moral del niño. Exalta el amor al trabajo sólo por recoger los frutos legítimos que de él resultan, en un noble desprecio al dinero. Para Ferrer la obra educativa es en esencia social y su fe en la emancipación de cada individuo tan grande que rechazaba las “tendencias utilitarias que tratan de poner la educación al servicio de una causa o de una ideología determinada”, para que la educación no pueda tener otra finalidad que la de educar al individuo para el individuo mismo. fjchain@hotmail.com
A pesar de ser asesinado por fanáticos religiosos e intolerantes políticos, el maestro Francisco Ferrer Guardia (1859-1909) alcanzó fundar la Escuela Moderna como desarrollo de una educación racionalista auténtica que motiva la iniciativa y sentido crítico del niño, establece relaciones igualitarias dentro de los recintos escolares, libertad de expresión, dinámica de apoyo mutuo y cooperación. Francisco Ferrer Guardia aportó a la humanidad la escuela moderna, la escuela emancipadora.
Dando cuenta esta nota de tan brillante educador debe destacarle que aplicado al estudio adquirió ese elemental saber que destierra sin problemas ideas religiosas y motiva transmitir conocimiento a quienes no gozan de oportunidades. Un día, tras fracaso del general Villacampa y encarcelamiento de republicanos, Ferrer se exilia en París donde interesado por las ideas anarquistas fue atraído por las experiencias de Paul Robin. No fue pionero de la educación popular laica en España. El republicano Ignacio Cervera instala en Madrid una escuela para obreros y sus hijos. En 1870 el profesor Trinidad Soriano presentó un plan integro para difundir la cultura como si fuese una luz que iluminase el camino hacia la revolución social. Fueron abriéndose escuelas libres, o mejor dicho laicas, donde se eliminaba la “enseñanza” de la religión. González Bravo, ministro de Isabel II, afirmaba cuando se le requirió la autorización para la escuela de Cervera: “¿Que autorice una escuela para que se instruyan obreros? Jamás en mi vida. Lo que necesitamos, no son obreros que piensen, sino bueyes que trabajen”. Catadura moral como la de este demente, es aún (en 2006) muy común entre patrones o “empresarios” quienes temerosos de ser muy fácilmente rebasados dificultan y se oponen a que estudien trabajadores, empleados o sirvientes.
Hace ciento cinco años, el 8 de Septiembre de 1901, Francisco Ferrer Guardia, convencido de que un pueblo ignorante no puede nunca conquistar su libertad, inaugura su escuela laica en la calle Bailen 59 de Barcelona. Idea de Ferrer fue establecer una federación de escuelas libres para unificar talentos, esfuerzos y dinero. En aquella época se necesitaba valor para montar una escuela de este tipo, tomando en cuenta que España contaba con gobiernos reaccionarios y maquiavélicos como los de Maura o La Cierva.
La escuela de Ferrer Guardia esta basada en la libertad y en una dinámica rigurosamente investigadora donde la fe religiosa es suplantada por la exploración científica. Fomenta, de la misma manera, la instrucción práctica sobre la teórica, ya que aquella es la tiene verdadero significado para el niño. La disciplina es remplazada por la participación activa de los alumnos, quienes por la práctica del apoyo mutuo en un ambiente de libertad responsable se sitúan en el camino de la fraternidad y el socialismo. Determina el valor de la educación en el respeto a la voluntad física, intelectual y moral del niño. Exalta el amor al trabajo sólo por recoger los frutos legítimos que de él resultan, en un noble desprecio al dinero. Para Ferrer la obra educativa es en esencia social y su fe en la emancipación de cada individuo tan grande que rechazaba las “tendencias utilitarias que tratan de poner la educación al servicio de una causa o de una ideología determinada”, para que la educación no pueda tener otra finalidad que la de educar al individuo para el individuo mismo. fjchain@hotmail.com
posted by fjchain at 2:32 PM
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