Tuesday, April 11, 2006

A Judas el bocado

A Judas el bocado

Francisco Javier Chaín Revuelta

El Jueves Santo recuerdan creyentes la última cena que Jesús compartió con sus 12 discípulos, esta fecha es muy importante para la religión católica porque se instituyó el sacramento de la comunión, durante el cuál se convierte el pan en el cuerpo de Cristo y el vino en su sangre. Durante la misa que se celebra, el sacerdote lava los pies de 12 personas, igual que hizo Jesús con sus discípulos en señal de humildad y fraternidad. También en este día, los sacerdotes bendicen los aceites que se utilizan durante los bautizos, confirmaciones y unción de los enfermos para purificarlos de sus pecados. Muchos católicos realizan la visita de las 7 casas, o sea que durante la noche recorren 7 iglesias, recordando los lugares a los que Jesús fue trasladado para ser juzgado.

Para Juan (13) Jesús sabía que de Dios salió y a Dios volvía. Se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñe. Echa agua en un lebrillo y lava los pies de los discípulos secándolos. Llega a Simón Pedro; éste le dice: Señor, ¿tú lavarme a mí los pies? Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde. Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo.» Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza.» Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.»

Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos.» Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros. En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envía. Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: El que come mi pan ha alzado contra mí su talón. Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy.

En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado. Cuando dijo estas palabras, Jesús se turbó en su interior y declaró: En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará. Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. Simón Pedro le hace una seña y le dice: Pregúntale de quién está hablando. El, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: Señor, ¿quién es? Le responde Jesús: Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar. Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: Lo que vas a hacer, hazlo pronto (Juan13:27) Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: Compra lo que nos hace falta para la fiesta, o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche. Cuando salió, dice Jesús: Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto (Juan 13:32). Judas cumplió lo ordenado por el Señor contribuyendo a la glorificación. fjchain@hotmail.com

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